Orden Real de Francisco I
De manera similar a la Sagrada Orden Militar Constantiniana, una Orden de Caballería independiente fue establecida y reconocida por decreto el 28 de septiembre de 1829. El objetivo era principalmente el de establecer una Real Orden para premiar el mérito civil ejercido por los funcionarios gubernamentales, diplomáticos, oficiales militares y miembros del clero, así como para aquellos que han logrado un éxito considerable en los ámbitos del comercio, la ciencia, las artes, las letras y la literatura. La Real Orden de Francisco I nunca fue exclusivamente católica desde su origen y los Caballeros y las Damas no tienen que profesar necesariamente la fe Católica para recibirla, a pesar de que la expectativa es que tomen parte en las labores humanitarias y de caridad de las órdenes dinásticas de la Casa Real de Borbón de las Dos Sicilias.
Entre los miembros de la Orden se encuentran ancianas personalidades de todas las confesiones cristianas, así como personalidades de religión musulmana y judía.
El actual Gran Maestro es Su Alteza Real el Príncipe Carlos de Borbón de las Dos Sicilias, Duque de Castro.
Diálogo Interreligioso
La Orden Real de Francisco I, junto con la Orden filial de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, continúa su liderazgo en la dirección entre las asociaciones laicas Católicas y cofradías, en su compromiso con la Iglesia y el diálogo interreligioso.
Entre las mas importantes iniciativas se ha verificado una significativa participación con otras Iglesias Cristianas así como de los líderes Musulmanes y de las comunidades religiosas judías en proyectos de diálogo.
Entre ellas se encuentran la adopción de proyectos de caridad y de apoyo financiero del Centro Comunitario Forthspring en Belfast, el cuál esta empeñado en la reducción de la brecha entre los Romano-Católicos y los Protestantes en Irlanda del Norte.
Durante el 2004, la Orden Real de Francisco I, junto con su filial orden dinástica, la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, encabezó una delegación de alto nivel a favor del diálogo entre religiones en Siria, Líbano y Yemen. La delegación encabezada por la Orden del entonces Gran Prefecto, Su Alteza Real el Duque de Castro, realizó una serie de importantes compromisos en cada país, incluyendo seminarios de diálogo interreligioso con líderes Cristianos y Musulmanes y visitas espirituales a importantes centros de oración de Cristianos y Musulmanes.
Caridad, Ayuda Humanitaria y las Artes
Actualmente la Orden Real de Francisco I, ha puesto en marcha una serie de iniciativas que incluirán un intercambio entre los lideres Cristianos, Musulmanes y Judíos entre Europa y el mundo Árabe, así como la celebración de significativos seminarios interreligiosos en las capitales Europeas más importantes. Recientemente, han sido incluidas actividades en Serbia y Montenegro y una conferencia con sede en Londres para los fieles Británicos y Búlgaros y los líderes civiles.
Al igual que la Orden de San Jenaro y la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, la Orden Real de Francisco I continua a ser una antigua institución, dinástica y reconocida internacionalmente. La Orden, que no es una decoración de estado de la República Italiana ni de la Santa Sede, ha continuado a conferir aún después del derrocamiento del rey Francisco II, en el 1861. Hoy la Orden es otorgada por Su Alteza Real el Duque de Castro, como Jefe de la Casa Real de Borbón de las Dos Sicilias, y tatara-tatara-tatara-tatara nieto del fundador de la Orden.
Numerosos Estados y Dinastías de todo el mundo reconocen las actividades del Orden y la significativa contribución de sus iniciativas de caridad y ayuda humanitarias. Además el reconocimiento se ha extendido en numerosos Estados o dinastías en relación con a la importante labor que lleva a cabo en la promoción del diálogo entre la Iglesia y las comunidades a lo largo de Europa y el mundo.
Hoy en día, las damas y caballeros de la Real Orden de Francisco I, junto con los miembros de la Sagrada Orden Militar Constantiniana, apoyan y participan activamente en las iniciativas y proyectos nacionales de diálogo interreligioso, ayuda humanitaria, hospitalidad y de la caridad. La Orden Real de Francisco I se otorga a las personas que lo ameritan independientemente de su nacionalidad o credo y que hayan contribuido a la vida pública, la ciencia, las artes, la agricultura y el comercio. La Orden también juega un papel importante en el reconocimiento de las personas que han hecho sobresalientes aportaciones a el diálogo inter-religioso y el entendimiento. Todas las principales religiones y credos están representados en las delegaciones y a nivel internacional.