El Palacio Real de Capodimonte


 

El Palacio Real de Capodimonte

Otra de las obras maestras de Carlos de Borbón es el gran Palacio Real de Capodimonte que domina la ciudad de Nápoles y es el museo más rico de Italia con su famosa manufactura.

El 10 de septiembre de 1738 dio comienzo la edificación. En 1734, al conquistar Nápoles y Sicilia, Carlos ordenó la construcción del nuevo palacio. Ésta fue una prueba efectiva para que el Reino llegase a ser soberano e independiente de España.

Carlos eligió como emplazamiento el magnifico bosque de Capodimonte (124 hectaréas) que muestra el panorama del golfo y de la ciudad, entre el Vesubio, la colina de San Martín y Posillipo. El Rey quiso que el palacio tuviese la doble función de residencia real y de museo, al igual que el de Pitti en Florencia.

Fernando IV con el cortes en Capodimonte - Antonio Joli
Fernando IV con el cortes en Capodimonte – Antonio Joli

El palermitano Giovanni Antonio Medrano y el romano Antonio Canevari fueron los arquitectos pero se dejaron llevar por la rivalidad. En los años 50 y 60 el supervisor general fue Ferdinando Fuga. Medrano elaboró tres proyectos y el proyecto C resulto el mejor (aún hoy en día se conserva en Capodimonte).

La planta del palacio era rectangular (170 metros de largo y 87 metro en el lado menor), con un entrepiso, dos pisos y bajotechos para la vertical (30 metros). De estilo neoclásico, con planta solemne y majestuoso para honrar a la dinastía. De austero estilo dórico (idóneo para un museo) y las fachadas neorenacentistas, con toques de piperno gris, en contraste con el rojo napolitano de las paredes enyesadas.

Durante los primeros meses la construcción siguió velozmente, sin detenerse por los problemas del transporte de los materiales sobre Capodimonte, a la que se accedía solamente por una subida, utilizando piedras de tufo excavadas para construir el palacio. Se crearon anchas y profundas cisternas contra la carencia de agua.

Entonces los trabajos se retrasaron por problemas económicos y porque Carlos tomó la decisión de construir el Palacio Real de Caserta.

Todo empezó de nuevo en los años 60 con Fernando IV y Tanucci (dejan de lado temporalmente la construcción del Palacio Real de Caserta). Pero no fue hasta Fernando II cuando el palacio se queda edificado gracias al arquitecto Tommaso Giordano y Antonio Niccolini que elevan el patio septentrional.

El gran parque fue muy importante por la caza que no era sólo una pasión de los Borbones de Nápoles, sino una «funzione di Stato; interno al Sovrano,

 

El paseo de Capodimonte
El paseo de Capodimonte

impegnato nell’attività venatoria, si sposta una variegata Corte composta da ministri, nobili, ospiti stranieri, spesso Capi di Stato, oltre ad artisti e pittori chiamati a ritrarre la scena come una cerimonia ufficiale» [Capodimonte. Da Reggia a Museo, della Soprintendenza per i Beni Artistici e Storici di Napoli e Provincia, Elio de Rosa editore, Nápoles 1995, p. 9. Obra de referencia. Véase también Museo Nazionale di Capodimonte, por N. Spinosa, Soprintendenza per i Beni Artistici e Storici di Napoli e Provincia, Electa Nápoles, 1994; N. SPINOSA, Capodimonte, Soprintendenza per i Beni Artistici e Storici di Napoli e Provincia, Electa Nápoles, 1999].

El Bosque, tradicionalmente atribuido a Fernando Sanfelice, se diferencia por la colocación independiente respecto al Palacio Real para una mejor actividad venatoria, presentando más de 4000 árboles como encinas, robles, tilos, castaños, cipréses, pines.

Realizado según un esquema escenográfico barroco, con cinco larguísimas avenidas con árboles, rebosantes de numerosas estatuas de mármol, y la intersección perspectiva de avenidas menores dibujadas dentro de una abundante vegetación natural, «così da combinare, col gusto tradizionale per l’ordinata e simmetrica struttura prospettica del “giardino all’italiana” riadattato su esempi francesi, l’interesse più recente, già d’inclinazione romantica, per l’aspetto apparentemente spontaneo del “giardino all’inglese”» [En Museo Nazionale di Capodimonte, cit., p. 8].

Vista del Palacio de Capodimonte desde el Parque - Antonio Giuli
Vista del Palacio de Capodimonte desde el Parque – Antonio Giuli

En el verde se encuentran varias temporadas para los Reales (Casina de la Reina, Palacina de los Príncipes), como sede de fábricas reales (el edificio de la Manufactura de Porcelana), como lugares religiosos (Iglesia de San Jenaro, Eremo de los Capuchinos), para las actividades agrícolas y zoológicas (Fasanería, Celdas, Vaquería). Además en el Parque de la Estatuaria, hay fuentes, avenidas y casinos.

Personajes ilustres de la cultura europea como Winckelmann, Fragonard, Angelika Kauffmann, Canova, Goethe, Hackert, (que restauró las pinturas ruinadas y arregló la pinacoteca) permanecieron en el Palacio.


El Museo

Desde 1735 el Rey Carlos ordenó que las colecciones farnesianas de su madre Elisabeta Farnese se transferiesen a Nápoles. Pinturas, dibujos, bronces, objetos de arte y muebles, medallas y monedas, gemas y cameos, diversos materiales arqueológico que estaban en el Palacio Pilotta en Parma, en el Palacio del Jardín, en el Palacio Ducal de Plasencia en la temporada de Colorno y en el Palacio Farnese en Roma.

El Rey Carlos, que seguía siendo Duque de Parma y Plasencia, dio orden de que se hiciera un inventario.

El Parque
El Parque

La mayoría de las cosas se trasladaron a Nápoles al Palacio Real y luego al museo de Capodimonte.

En 1739 el Soberano encargó una comisión de expertos para que estudiase una colocación idónea

Se estableció que las pinturas se colocasen en las salas expuestas a mediodía y hacia el mar, ya que contaban con mejor iluminación y temperatura. Las medallas y otros objectos fueron colocados en las habitaciones que se asomaban al bosque.

Únicamente en 1758 se terminaron en el piso noble las primeras 12 de las 24 salas destinadas a la biblioteca, el medaller, la pinacoteca y la colección de antiguedades. Antes del saqueo napoleonico de 1799 las pinturas eran unas 1.783 (la pinacoteca farnesiana tenía “sólo” 329 dipintos que Carlos dejó ahí) y ya estaban expuestas las de la colección borbónica. Los franceses se llevaron más de 300 [p. 9].

En el siglo XIX el Museo se enriquece con nuevas secciones.

Museo Real de Capodimonte y la ciudad de Nápoles
Museo Real de Capodimonte y la ciudad de Nápoles

Entre estas destacan: las colecciones borbónicas, pinturas y objectos de valor provenientes de los monasterios suprimidos, de donaciones reales y privadas y las obras-maestras del cardenal Borgia, adquiridas por Fernando I de Borbón en 1817, antiguedades egipcias etruscas, volscias, grecas, romanas, y el famoso Globo celeste.

Son especialmente reseñables la recolección gráfica, una de las más prestigiosas en Italia, y el nuevo de obras de artistas contemporáneos. Es una colección ejemplar, fundada en el rigor, cultura y con la pasión de cuidar a diario un patrimonio histórico increíble que se pone otra vez a la luz artística internacional.

Otro saqueo tuvo lugar en 1860, cuando Garibaldi ocupó el Reino: de los 900 cuadros se hallaron menos de 800 [p. 10].

El Palacio Real de Capodimonte llegó a ser Museo Nacional después de la Unidad de Italia.