SM Carlos de Borbón, Restaurador del Reino de Nápoles,

Un reino decisivo (1734-1759)

Carlos de Borbón
Carlos de Borbón

Habitualmente consideramos a Carlos el primer Rey de Nápoles de la dinastía borbónica, y efectivamente él es indudablemente el gran restaurador del Reino. Pero en realidad, como hemos visto en precedencia, el primer soberano de la dinastía a reinar en el Sur italiano fue su padre Felipe V en el momento en que ascendió al Trono de Madrid en 1700. Durante los hechos de la larga Guerra de Sucesión española ocurrió que Felipe, vencedor de la guerra y por lo tanto soberano efectivo de España, perdió en el 1707 el virreinato de Nápoles y Sicilia a favor de los Habsburgos de Austria, que lo mantendrán hasta el 1734, año en el cuál Carlos de Borbón, hijo de Felipe V y de su segunda mujer Isabel de Farnesio, conquistó, con el apoyo diplomático de la madre, el virreinato napolitano volviéndose soberano de ello a todos los efectos, y, asumiendo el título de Carlos Rey de Nápoles, restableciendo la autonomía del Reino de Nápoles, haciendo de ello una nación independiente y soberana.

Así escribe el historiador Angelantonio Spagnoletti: «Cuando en el 1734 don Carlos de Borbón, hijo de Felipe V rey de España e Isabel de Farnesio, logró establecerse en Nápoles echando a los austríacos que la gobernaron desde el 1707, aquella conquista no anunció para nada a una reanudación del dominio español sobre la Italia meridional. En efecto, incluso manteniendo – fundamentalmente en los años iniciales – fuertes uniones con la corte de Madrid, aquélla que entonces se afirmó fue una entidad política independiente que, como tal, fue reconocida por el tratado de paz de Viena del 1738 (…) Después de más de dos siglos de sumisión a potencias extranjeras (primero a España y luego, por casi veintisiete años, a Austria), un nuevo estado independiente se asomó sobre el panorama político italiano.» [SPAGNOLETTI, Storia del Regno delle Due Sicilie, Il Mulino, Bologna 1997, pp. 17-18].

Carlos nació primogénito de segundas nupcias el 20 de enero de 1716. Ya con el nacimiento fué él pretendiente de parte de madre – el padre de Isabel de Farnesio fué hijo de una Médicis- a un principado en Italia, que incluía el Ducado de Parma y Plasencia y eventualmente también los dominios de los Médicis, en caso de extinción de la rama directa.

Sólo superando una larga serie de obstáculos Isabel logró con habilidad garantizar al hijito el Ducado en el 1732 bajo la tutela de la abuela, la Duquesa viuda de Parma; mientras tanto el año anterior Carlos se declaró “gran Príncipe hereditario” del Gran ducado de Toscana, siendo ya cierta la extinción de Casa Médicis y Giangastone, último Gran Duque todavía viviente, fué nombrado su co-tutor.

La historia de Carlos cambió a causa del principio de la Guerra de Sucesión polaca: en efecto Isabel puso el hijo a jefe de un ejército en Italia y lo envió a la conquista del Reino de Nápoles, desde el 1707 en manos de los Habsburgos.

El 20 de enero del 1734 Carlos se declara mayor de edad – y por lo tanto fuera de tutela – y empieza su marcha desde Florencia hacia Nápoles. De Monterotondo lanza a los napolitanos una proclama de Felipe V, que dio razón de la empresa: el 10 de mayo entró a Nápoles triunfante. Cinco días después llegó desde Madrid el acto de Felipe V con que cedió al hijo todos los derechos imperiales al Reino conquistado.

Estamos pero en una fase de su vida en que el joven soberano todavía está influenciado por la política de los sus augustos y potentes padres, que le eligieron como mujer la hija del Rey de Polonia María Amalia en 1737 [Así Franco Valsecchi describe la Reina: “La joven esposa era una mujer de bandera: su fresca juventud conquistaba aún los desconfíados,cuando se mostraba en Nápoles: dulce y amable, de carácter y de cultura – hablaba, además de su idioma, el francés, el italiano y el latino – mucho influía sobre su marido sin embargo no se aventajaba politícamente…” Sólo en sus últimos años de vida, cuando era la Reina de España, participó en la política al lado de su marido. Cfr. F. VALSECCHI, Il riformismo borbonico in Italia, Bonacci, Roma 1990, p. 81.] . El fin de la Guerra de Sucesión polaca en el 1738 comportó la conquista de los Ducados farnesianos y de la Toscana de parte habsbúrgica (el Ducado pasó definitivamente a los Habsburgos-Lorena),

mientras el Ducado de Parma y Plasencia estará confiado, con la Paz de Aquisgrana en el 1748, al hermano menor de Carlos, Felipe, que da inicio a la Casa Borbón-Parma. En Nápoles, Carlos gobierna a través de un Consejo compuesto por ministros queridos por los padres, y por lo tanto influenciados por Madrid (recordamos la figura del Conde de Santostefano, coadyuvada por el Marqués de Montealegre, Tanucci, Brancaccio). Durante la Guerra de Sucesión Austriaca, en el 1742 Carlos envió un ejército a Lombardía para ayudar a los francos-españoles, pero una flota inglés hizo su aparición en el Golfo de Nápoles amenazando de bombardear la ciudad; Carlos decidió retirarse.

Pero en el 1744, logró derrotar un ejército austriaco en Velletri, poniendo fin a las pretesas habsurgicas sobre Nápoles. Con esta victoria, Carlos empieza a ser el Rey de Nápoles y el Reino llega a ser indipendiente. Más claro estuvo en el 1746, con la muerte de Felipe V de España. Carlos despertió a Montealegre y llamó a Fogliani. Valsecchi escribe: «El Reino de Carlos fue una monarquía Hispanico-italica: desde ahora empieza a transormarse en una monarquía italiana» [Ivi, p. 88.].

De hecho, Carlos,a partir de este momento se convierte en un verdadero “Rey de Nápoles”. Y con el pasar de los años, superóla influencia de los ministros, llegando a ser un gran soberano y el verdadero actor de su política, monopolizando el poder en sus manos: «Squillace, Tanucci, eran sus criaturas; y, aunque él confiaba en ellos, estaban aislados y sometidos por su personal vigilancia» [Ivi, p. 91.].

Después de cinco hijas, María Amalia le regaló el primer hijo, enfermo de mente, siguieron, afortunadamente otros cuatro hijos (Carlos, Antonio, Fernando, Gabriel y Francisco Saverio), de esta forma la sucesión estaba asegurada. Sin embargo el problema eran las amenazas de carácter “dinástico” que influenciaban sobre el Reino. De hecho Carlos estaba destinado a suceder a el hermanastro Fernando VI sobre el Trono de España, debido a que éste no contaba con herederos masculinos, y las grandes potencias, con la Liga de Aranjuez y el Tratato de Viena, habían establecido que el Reino pasará a el Duque de Parma y Plascencia Felipe deBorbón, y los dos Ducados respectivamente para Austria y a los Saboya. Es decir, Carlos arriesgaba, por subir al Trono de Madrid, de perder el reino que había conquistado.

Rey Carlos firma la Pragmática de 1759
Rey Carlos firma la Pragmática de 1759

Ocho ministros como Tanucci, Primer Ministro y Ministro de los Asuntos Exteriores, regían pero siempre bajo el control de Carlos desde España. «Nápoles tenía que agradecerle: la indipendencia con todos sus buenos efectos después de 230 años de servitud al extranjero», afirma Michelangelo Schipa en la “Enciclopedia Italiana” (sub vocee). Aunque sus últimos años de vida (murió en 1788) se caraterizaron por la discordia con su hijo y con su mujer, María Carolina, hija de la Emperadriz María Teresa de Habsburgo, Carlos fué un gran rey para Nápoles.

Carlos logró crear una “nación napolitana” dando la independencia al Reino como escribe Spagnoletti. Muchos historiadores están discutiendo sobre la política de los Habsburgos (véanse Elias de Tejada) no cabe duda que sólo con Carlos el gobierno de Nápoles, sus soberanos, sus ministros empiezan a pensar en el interés del Reino. El historiador Giuseppe Coniglio opina: «Carlos, antes de irse a España (…) estableció todo lo que estaba conforme a las grandes potencias (…) Sus hijos y hermano subirían al trono tranquilamente; su sistema diplomático tuvo éxito aún durante tiempos de malestar general» [G. CONIGLIO, I Borboni di Napoli, Corbaccio, Milano 1999, p. 159].

Franco Valsecchi [VALSECCHI, op. cit.] , pp. 75-79: «Carlos significó para los napolitanos, la restauración del viejo reino luego de años de dominación extranjera (…) Durante los últimos 30 años los gobiernos habían sido extranjeros y este nuevo rey no era un conquistador extranjero.”Gracias a Dios ya no somos provinciales” finalmente dicen los napolitanos, finalmente y esta dinastía hará lo mejor para satisfacer a su pueblo». Y los napolitanos se situarón muy cerca del Rey como demuestran las insurrecciones, el sanféismo, la resistencia armada contra Napoleón a partir del 1799.


El hombre y su trabajo

Schipa de scribelas cualidades del hombre en la “Enciclopedia Italiana”: «parsimonía, religiosidad, equilibrio delespíritu, puntualidad, limpieza, amor para la grandeza de las artes (…) Irreprensible en suscualidadespersonales. Como soberano amó a su gente…». Religiosísimo, no siguió callando lo que el Pontífice mandaba aunque fué «u hijo respetuoso y devoto de la Iglesia.Todo lo que no pertenecía a la Fé tradicional no le gustaba» [Ivi, p. 90.] : tanto que condenó la Masonería (según las requesta de Benito XVI), el lujo excesivo de los clérigos (sobretodo de los jesuitas .Expulsó la Compañia de Jesús de España cuyos bienes se vendieron para la construcción de colegios y obras de cultura. Marido fiel, su único divertimiento era la caza. Se esforzaba por el bien de su gente (de los pobres) ya que promulgó reformas sociales, administrativas y religiosas que dieron importancia a la Casa de Borbón de las Dos Sicilias.

Michelangelo Schipa y otros historiadores dicen que sus reformas no estaban vigentes pero es importante subrayar el empeño del Soberano. Schipa afirma que gracias a su política, España, después de años de decadencia, pudo renacer.

Aquí están sus iniciativas en favor de su gente. El Rey consideraba mucho la edificación civil…la belleza de los palacios eran la demostración del esplendor de la dinastía.

Torneo caballeresco antes el Palacio Real de Caserta (Salvatore Fergola)
Torneo caballeresco antes el Palacio Real de Caserta (Salvatore Fergola)

Entonces, ¡Vamos a empezar!…el restauro del Palacio Real de Nápoles y la construcción del magnífico Palacio Real de Caserta, segundo en el mundo por su belleza y grandeza; el Palacio de los Pórticos, el obelisco de S.Domenico en Nápoles, el Teatro San Carlos (construído en 270 días), la Casina de Parsano, Palacio Real y el bosque de Capodimonte…el muelle, el puerto, la calle de la Marinella y de Chiatamone, Plaza del Mercadillo, el barrio de Pizzofalcone, el obelisco de la Concepción en el Jesús Nuevo, el barrio de Caballería en la Magdalena, el restauro de los puertos de Salerno,Taranto, Molfeta, el puerto de Girigenti y varias calles…

En la edificación militar: La Fortalezas de Granatello, las cuarteles militares de Aversa, Nola y Nocera, el restauro de muchas fortalezas y la construcción de nuevas,la creación del ejército nacional y de la flota,la más importante en Italia y la primera de segundo orden en Europa,la construcción de fábricas de objectos militares que destacaron el Reino monopolio desde el extranjero.

Carlo Valli - Vista de la Casa de los pobres
Carlo Valli – Vista de la Casa de los pobres”

En la edificación “sagrada” y de caridad: el Retiro de la Doncellas pobres de la Inmaculada Concepción, la Opus de “vestire gli ignudi”, el Colegio de las Escuelas Pías en Palermo, la Inmacolatella, la grande Casa de los Pobres en Palermo, el monasterio de las Teresianas en Chiaja y en Puentecorvo, las dos grandes casas de los Pobres del Reino: uno en Puerto Nolano, el otro en S.Antonio Abaud, el Retiro de S. María Magdalena para las mujeres arrepentidas, el monasterio de las Carmelitanas en Capua, el restauro de la Iglesia de la Anunciada en Nápoles…

En la edificación cultural, la nueva y linda sede de la universidad, las excavaciones de Ercolano y de Pompeya, la Academia de Ercolano, la Fábrica de los Mosaicos, la Institución de nuevas academias en el Reino, la Biblioteca Real, (la grande Biblioteca Nacional y el Museo nacional). Eligió a G.B. Vico como historiador oficial del Reino.

Por el nivel económico, Carlos creó la Junta de Comercio, trató con turcos, suecos, franceses y holandeses, creó una compañia de seguros, intentó explotar las riquezas minerarias aunque tuvo que suspender porque no tenía bastante dinero.

El Real Palacio Capodimonte (del
El Real Palacio Capodimonte (del “servicio de la oca” porcelanas de Capodimonte)

La más famosa iniciativa artística-comercial fué la de las porcelanas de Capodimonte. Valsecchi escribe: «Fué una espléndida creación, que tradujó, con excelente sentido del arte y con feliz genialidad, la imágen de la vida napolitana».

Además creó consulados y montes de trigo,promulgó leyes para agricultura y ganadería.

En 1741 hizó un acuerdo con Roma que le permitió cargar algunas propriedades eclesiásticas de impuestos, posteriormente actualizó el sistema de los tributos; en 1752 otorgó un nuevo código aunque no fué aplicado al pie de la letra y se interesó en el sistema jurídico sin cambiar la disposición social del Estado.

En 1759 Carlos se fué a Madrid para subir al Trono, dejando a su hijo un Reino nuevo y reformado, amado por sus súbditos. Ésta es la más grande riqueza que hereditaron sus descendientes.