SM Fernando I, Rey de las Dos Sicilias

SM Fernando I, Rey de las Dos Sicilias

Como hemos visto en la voz dedicada a Carlos de Borbón, cuando en el 1759 éste deja el Trono de Nápoles por el de Madrid – sancionando de hecho la definitiva separación de las dos Coronas – deja como heredero en Nápoles a su tercer hijo, Fernando, en ese entonces un niño de ocho años, y lo confía a un Consejo de Regencia de ocho miembros, entre los que emergieron las figuras del Primer Ministro Tanucci y del tío de Fernando el príncipe de San Nicandro.

El primero tuvo el encargo preciso de conducir políticamente el Reino, el segundo, de educar al niño.

Fernando de Borbón - Retrato de Francisco Liani
Fernando de Borbón – Retrato de Francisco Liani

Nacido el 12 de enero de 1751 en Nápoles del Rey Carlos de Borbón y de María Amalia Walburga de Sajonia, morirá en Nápoles el 4 de enero de 1825. El suyo es uno de los más largos reinos de la historia, si se considera la datación a partir de 1759 (66 años de reino).

De parte del príncipe de San Nicandro recibió una educación sobre todo dirigida a la cura de la robustez del cuerpo y de marca bastante popular (sus rasgos y su hablar en dialecto le valieron el ápodo – para nada despreciativo – de “Rey Lazarón” [Los “Lázaros” o “Lázarones” eran los del pueblo napolitano que en el 1799 lucharon heroicamente contra el ejército napoleónico y los jacobinos republicanos en defensa de Fernando,de la monarquía y de la Iglesia. Cfr. nota exacta en el sito sobre el sanféismo y la insurrecciones)].

 
María Carolina - Retrato de Francesco Liani
María Carolina – Retrato de Francesco Liani

Hasta que fué menor de edad el Reino fué sujeto a todos los efectos por el Tanucci, que continuó sin demoras la política reformista de Carlos de Borbón, de estrecho acuerdo con el Trono de Madrid. Son estas las décadas del célebre reformismo borbónico, en todo caso continuado por Fernando hasta los años de la tormenta revolucionaria.

En 1768 se casa con María Carolina de Austria, hija de la emperatriz del Sacro Imperio Romano María Teresa de Habsburgo, hermana por lo tanto de los Emperadores José II y Leopoldo II y de la Reina de Francia María Antonieta. Fernando tuvo cinco hijas y un hijo, Francisco ( María Teresa se volvió Emperatriz de Austria, María Amelia Reina de los franceses, María Luisa Gran duquesa de Toscana).

Llegada a Nápoles; María Carolina a la edad de dieciséis años, adquirió inmediatamente un gran peso por las decisiones políticas de Fernando, especial mente después del nacimiento de Francisco. El desacuerdo con Tanucci fué inevitable, e inevitable aún la progresiva rotura con Madrid,

en que la Reina logró también implicar a Fernando (razón de profundo dolor por el viejo Rey de España, que se vió en cierto sentido resbalar de entre las manos no sólo el control político, cuánto a su mismo hijo Fernando).

En 1775 María Carolina formó parte del Consejo de Estado; y dos años después Tanucci tuvó que renunciar.

En 1799 llegó el ministro inglés el príncipe John Acton, que gozó de la total confianza de los Reyes, permitiéndole hacer gravitar el Reino de la influencia española bajo aquella británica (confirmada, en los años cruciales de las guerras napoleónicas, de la presencia en la Corte de Horatio Nelson, y de varias otras figuras inglesas que gran influencia tuvieron sobre las decisiones de María Carolina).

El Primer Ministro Bernardo Tanucci
El Primer Ministro Bernardo Tanucci

La salida de escena de Tanucci no interrumpió el proceso reformista. Por otra parte, los padres de ambos los monarcas (Carlos de Borbón y María Teresa de Habsburgo) fueron soberanos reformadores, y plasmaron en tal sentido la mentalidad de los hijos (como José II demostró con excesivo celo en Viena).

Sin embargo, la política de reformas tuvo que ser interrumpida por el peso de la tormenta revolucionaria en los años Noventa. Los acontecimientos de Francia, en un primer momento preocupantes pero en fin trágicamente sobrecogedores (la caída de la Monarquía, la República jacobina, el asesinato del Rey y luego de la Reina y de su hijito, la guerra civil, el Terror, la dictadura de Robespierre miles de muertos), hicieron naturalmente cambiar ingenuamente el ánimo y a veces acríticamente abierto a las innovaciones políticas de los dos soberanos napolitanos. Especialmente después del 1794, sea por los hechos franceses, sea por el descubrimiento de una conjuración republicana en Nápoles.

Fernando y María Carolina empezaron a intuir el verdadero rostro que se escondía tras los reformadores [Como ocurre a veces, los traidores se esconden siempre entre los sostenedores. La que sería llamada, intelighentia partenopea, compuesta por aristócratas que celebraba a María Carolina como el faro del progreso y de la civilización en Nápoles, y presentaba a Fernando como el “nuevo Tito”. Estos intelectuales fundarán la República Partenopea con la ayuda de las armas del invasor napoleónico], especie tras los intelectuales ilustrados y masones (hasta ahora siempre apoyados de ellos). Sin embargo, a pesar de alguna enésima tentativa de conciliación con la recién nacida República francesa, de hecho Fernando se adhirió a las Coaliciones internacionales antirrevolucionarias y antinapoleónicas, quedando en tal modo también fiel al “pacto de familia” borbónico y a la alianza con los ingleses.

 

La doble pérdida y la doble reconquista del Reino continental

Desde el 1796 el joven Napoleón Buenaparte invade y conquista gradualmente la gran parte de los territorios de los Estados italianos preunitarios, encontrando siempre la revuelta armada del pueblo italiano. Las insurrecciones contrarevolucionarias en defensa de la Iglesia y de la religión católica y de los legítimos soberanos.

Fernando de Borbón
Fernando de Borbón

En febrero del 1798 los ejércitos revolucionarios invadieron el estado Pontificio y Pío VI se fué, así pudieron instaurar la República jacobina Romana. En noviembre, Fernando,sabiendo que a los napoleónicos les faltaba sólo el Reino de Nápoles para la conquista completa, decidió combatir aún contra los franceses para liberar Roma y salvar a el Pontífice. El general austriaco Mack entra en Roma y luego se fue cuando el general napoleónico Championnet llega y tranquilamente puede marchar a Nápoles.

El 8 de deciembre de 1798 Fernando invita a los súbditos a resistir contra el invasor.Y su pueblo aceptò. Miles de hombres (mujeres y ancianos también) se armaron contra los franceses combatiendo por seis meses hasta reconquistar el Reino.

Los franceses conquistaron Nápoles el 22 de enero del 1799 (proclamaron la República Napolitana, matando a 10.000 lázaros que defendieron a Fernando). Desde el 22 de deciembre de 1798 el Corte se mudó a Palermo y Fernando dejó Nápoles a un Consejo de aristocráticos y al Vicario real Pignatelli.

Los jacobinos no tuvieron éxito en establecer su política en las provincias porque la gente quería al Soberano y reclamaba la Monarquía. A fines de enero, el Cardenal Fabricio Ruffo de los Príncipes de Scilla se fué a Palermo para presentar al Rey el proyecto del envío militar para reconquistar el Reino de Nápoles.

Los Reyes se quedaron perplejos, luego aceptaron la propuesta y el Cardenal obtuvó un barco con siete varones y el título oficial de Vicario del Rey. El Ruffo estaba seguro que los napolitanos le ayudarían.¡ Él dió en el blanco!miles de hombres estaban listos para luchar contra los jacobinos en defensa de los Borbones.

Ruffo creó la “Armada Católica y Real” en nombre de Fernando IV (véanse las insurrecciones contrarevolucionarias y el sanféismo) que durante tres meses llegó a Nápoles y restauró la Monarquía borbónica el 13 de junio de 1799, (día de S.Antonio) protector oficial de la “Armada de la Santa Fe”.

Fernando y María Carolina llegaron a Nápoles via mar, con Nelson, que tenía que justiciar a los traidores encerrados en el Castillo de S. Elmo. Ruffo, sabiendo que Nelson les mataría, ofreció la libertad; pero ellos confiaron en Nelson que ahorcó a 99 de ellos con la aprobación de María Carolina.

Se trata de los jacobinos de la “República Partenopea”, víctimas de los Borbones como toda la historiografía nacional suele declarar y repetir. Ésta no parece la situación ideal para levantar polémicas pero es cierto que estos “intelectuales” estaban muy cerca de los Reyes y justo ellos les traicionaron, entregando el Reino al enemigo francés sin pensar en la voluntad y en la fidelidad del pueblo para los Borbones.

Los republicanos napolitanos no tuvieron éxito porque el pueblo estaba al lado de los Reyes. Los intelectuales se dejaron comprar por el enemigo y fueron culpables de la guerra civil…

Retrato del Duque Fernando IV de Borbón - Antonio Calì (attr.)
Retrato del Duque Fernando IV de Borbón – Antonio Calì (attr.)

La historiografía del Resurgimento habla de ellos como de mártires pero la verdad es que cualquier soberano habría condenado justamente a los traidores del Reino y de su espíritu.

Fernando y Carolina reinaron hasta el 1806 luego el Emperador de los Franceses conquistó el Reino de Nápoles y lo cedió a su hermano Jose. Los reyes se fueron nuevamente a Palermo y el pueblo se levantó otra vez otra vez hasta el 1810 (en Calabria hasta la Restauración).

En 1808 Napoleón decidió que José se fuera a Madrid y su cuñado, Joaquín Murat, a Nápoles (permaneció hasta el 1815 año de la Restauración Europea cuando intentó levantar a los campesinos contra los Borbones, ganando su muerte por mano de los mismos.

 

Los últimos días de su Reinado

Derrotando a Napoleón, toda Europa entraba en la época de la Restauración.

Fernando preferió tener el título de “Rey de las dos Sicilias”. Durante su reinado en Palermo, en la Corte, los ingleses habían favorecido el autonomía siciliana, obligándole a otorgar la Constitución del 1812 y a María Carolina a dejar la isla. En 1814 la reina se muere en destierro. (Fernando I) y restauró una política de pacificación nacional, justiciando a los muratianos.

En la Corte tenia lugar un desafío entre el Ministro de Medici, filo liberale y masón con el Ministro de la Policía Antonio Capece Minotolo, Príncipe de Canosa, católico intransigente, contrarevolucionario y hombre de confianza de los Borbones, acérrimo enemigo de las sectas masónicas así como de cualquiera otra tendencia revolucionaria.

Sin embargo Fernando hace prevalecer de Medici, lo que trajo consigo otra revolución en el 1820, de carácter constitucionalista, organizada y dirigida por la secta masónica de la Carbonería.

Inicialmente, Fernando otorgó la Constitución pero sabía que según el principio de legitimdad establecido en el Congreso de Viena y de los Pactos de la Santa Alianza, Metternich interveniera contra los revolucionarios. El Congreso de la Santa Alianza en Lubiana estableció una intervención armada contra Nápoles. El parlamento napolitano envió a Fernando a Lubiana para alegar la Constitución pero Fernando pidió a Metternich una intervención armada contra los revolucionarios napolitanos. Por lo tanto, Fernando pudo restaurar el absolutismo y seguir viviendo bien los años de su reino tan tormentado.

 

El Soberano del reformismo italiano

El palacio real de Capodimonte
El palacio real de Capodimonte

Fernando representa lo que se llama un soberano “iluminado” porque supo comprender la importancia de las reformas y la necesidad de aplicarlas.

 

Aquí siguen algunas:

Edilicia civil:

  • 4/IX/1762 empezó a construir el primer cementerio en Italia (Nápoles) seguirá otro en Palermo;
  • ampliamento de las calles de Nápoles (p.e: Foria)
  • restauró el Palacio Real de Nápoles;
  • en 1779 construyó la Fábrica de’ Granili;
  • en 1780 la Villa Real;
  • tres teatros : de’ Fiorentini, del Fondo y de San Fernando;
  • el huerto botánico en Palermo, la Villa inglés de Caserta, el Astillero de Castellammare, el pequeño puerto de Nápoles,los trabajos del Emisario de Claudio, Palacio Real de Cardito. La red de comunicación entre Nápoles y la provincia. La Favorita de Palermo y la Iglesia de S. Francisco de Paola en Nápoles.
  • Restauró puentes, encauzó ríos; en 1790 saneó la Bahía de Nápoles;
  • Terminó las construcciones iniciadas por su padre (Palacios Reales de Caserta y los Pórticos);

Instituciones e iniciativas culturales:

  • en 1768 creó una escuela gratuita en cada Común del Reino, mandando que se hiciese lo mismo en las casas religiosas; además creó un colegio para instruir a la juventud de cada provincia sin impuestos;
  • en 779 transformó la Casa de los jesuitas de Nápoles en un Colegio para vástagos, (el Fernandeo) y un Conservatorio para la instrucción de las huérfanas pobres.
  • en 1778 nació la Universidad de Cataneo y en 1779 la de Palermo con un teatro anatómico, laboratorio químico y gabinete físico.
  • instituyó una sección astronómica en el Palacio Real de Palermo, en el que Piazzi trabajó; en la Torre de San Gaudioso en Nápoles hizo construir otro observatorio.
  • solo en Sicilia fundó 4 institutos de segunda enseñanza, 18 colegios y muchas escuelas normales;
  • un seminario náutico para la instrucción de los marineros;
  • creó una diputación para vigilar todos los Colegios del Reino;
  • en 1778 fundó la Academia de las Ciencias y de las Bellas Artes en Nápoles;
  • abrió una biblioteca en Palermo;
  • reorganizó las tres universidades del Reino, creando nuevas Cátedras: en los hospitales abrió la sección de partero y las quirúrgicas; eligió a los mejores para enseñar ignorando sus opiniones políticas (Genovesi, Palmieri, Galanti, Troja, Cavalieri, Serrao, Gagliardi…)
  • rindió su homenaje a los músicos como Cimarosa y Paesiello (maestro del Príncipe Real) y ayudó económicamente a los jovenes para estudiar música en Roma.
  • valorizó el Museo de Nápoles y la Biblioteca;
  • siguió las excavaciones de Ercolano y de Pompeya.

Disposiciones militares:

  • Estableció varios colegios militares y un academia de armas blancas.
  • Reorganizó el ejército y la marina. En el 1790 en Castellammare el galeón “Rogelio” se incendió, los súbditos, espontáneamente, hicieron una colecta y ofrecieron un millón de ducados al Soberano para la reconstrucción.
  • Publicó el Código Penal Nacional.

Disposiciones económicas:

  • Creó la Bolsa de cambio y empezó muchos nuevos comercios, entre los cuáles, la pesca del coral.
  • Cedió a pagos el Tablero de las Apulias promulgando tantas buenas leyes que nacieron muchas colonias. Además otorgó la exención de los impuestos por 40 años a los campesinos que poblasen, cultivasen y mejorasen aquellas áreas desamparadas desde entonces. Por lo tanto creó los Montes del Trigo.
  • Rebajó notablemente los impuestos (en particular los que percibían los barónes) directos y indirectos. Por ejemplo: la gabela de los víveres, de los arriendos, del tabaco, del peajes y, en algunas provincias,de la seda.

Disposiciones civiles, sociales y de caridad:

Real Sitio de San Leucio
Real Sitio de San Leucio
  • Pobló las islas de Ústica y Lampedusa, expulsando a los barbaros y construyendo fortificaciones.
  • Creó la Caja para los huérfanos de guerra con una renta anual de 30.000 ducados para la educación de los hijos de los militares caídos y la dote de las chicas.
  • Fundó colonias para los albanéses y los griegos del Reino y creó para ellos seminarios y escuelas;

destinándo les, también, un lugar de comercio en Brindís. Además instituyó un obispado para el rito griego-católico.

  • Cuando los súbditos de Nápoles hicieron una colecta para la boda del Príncipe heredero, Ferdinando aceptó sólo unos 70.000 ducados que dió a los pobres de la ciudad.
  • En base a los criterios de igualdad de Rousseau, fundó la colonia de San Leucio para el trabajo de la seda.
  • Antes de la Revolución Francesa estaba decidido en su defensa de las prerrogativas estatales contra la Iglesia; después del 1815 llegó a ser más pródigo, aunque siguió eligiendo los obispos ségun el Conveniodel 1818.
  • En el 1818 desde el puerto de Nápoles el primer buque de vapor se hizó a la mar cruzando el Mediterráneo.
  • Hizo obligatorio el hecho de que los jueces explicaran el motivo de las sentencias.
Real Sitio de San Leucio
Real Sitio de San Leucio

Éste es el Rey que la “vulgata” historiográfica nacional siempre ha presentado como grosero, ignorante, fanático y reaccionario. Un Rey “gandul” y “manolo” cuyo pueblo fiel estuvo siempre a su lado.

Cardenal Ruffo y el Levantamiento Pro-Borbón