La historia de la ciudad de Caserta, así como la de muchas otras ciudades del Sur de Italia, está muy relacionada con la de la Familia Real de Borbón de las Dos Sicilias. El testimonio más famoso y más importante de la ciudad de Caserta es, sin dudas, el espléndido Palacio Real de Caserta, construido por voluntad del Rey de Nápoles, Carlos de Borbón, antepasado de S.A.R. el Príncipe Carlos de Borbón de las Dos Sicilias, Duque de Castro y Jefe de la Casa Real, quien hoy en día regresa a menudo a esos lugares que ama mucho, acompañados por su familia.

El Palacio Real, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, es un extraordinario triunfo del barroco italiano y la residencia real más grande del mundo. El ambicioso proyecto fue confiado al arquitecto Luigi Vanvitelli, que imaginó una fusión ideal entre aquellas que en ese momento se consideraban las residencias más hermosas, el Palacio de Versalles y el Palacio Real de Madrid. El resultado fue extraordinario, sin nada que envidiar a los ejemplos en los que se inspiró.

Sin embargo, gran parte del encanto que el Palacio Real de Caserta ejerce sobre su público se debe al parque monumental que lo rodea. Un área de 120 hectáreas con césped, cuadros con flores, pero también piscinas, fuentes y cascadas escénicas, que ofrecen a los visitantes unos juegos acuáticos muy atractivos. S.A.R. la Princesa Camilla de Borbón de las Dos Sicilias, Duquesa de Castro y esposa de S.A.R. el Príncipe Carlos, ama particularmente el parco y lo ha declarado repetidamente, especialmente en la primavera, cuando el aroma de las flores acompaña a los que pasean por sus viales.